El encanto de Agadir se define más por su gente y su forma de vida que por sus atractivos turísticos. Aunque la ciudad no duda en revelar sus secretos, algunos lugares muy locales son especialmente interesantes de explorar.
Se ha transformado en un paseo de 4 km donde la gente acude a hacer footing, montar en bicicleta, jugar, pasear, comer y socializar. Recórrelo de un extremo a otro para hacerte una idea.
Le encantará este mercado cubierto, completamente renovado, que esconde tesoros de comida y sorpresas. Una profusión de productos frescos en un lado, carnes en el otro y comerciantes, clientes arengando entre sí. El zoco vibra con sus tiendas, boutiques y mezcla de olores.
Aunque modesto, este encantador barrio cuenta con una increíble escena artística y cultural. Sus cafés, parques y espacios colaborativos acogen una gran cantidad de eventos organizados por sus residentes, con una dimensión sostenible y social.
Para admirar la ciudad encendida por la puesta de sol, hay que subir a Agadir Oufella. Desde allí, podrá disfrutar de una maravillosa panorámica de Agadir y dejarse llevar por la mirada hasta el océano. Si a Agadir Oufella se puede subir en teleférico, a pie sólo se tarda 20 minutos, y es más barato…