Desde el norte de la región hasta el sur, y desde el pie del Alto Atlas hasta el Sáhara, vaya al encuentro de numerosas curiosidades naturales y arquitectónicas. Un viaje por carretera de 4 días, que reserva muchas sorpresas y paisajes impresionantes.
El viaje comienza en Taliouine, el baluarte del azafrán. Tras un dócil e instructivo paseo por los campos de Corcus (la flor que da los estigmas del azafrán), visite una de las cooperativas de la rara especia y deguste después un suculento tagine de azafrán.
A continuación, salga de excursión a Agadir n Ifri, un auténtico granero colectivo enclavado en un impresionante acantilado rocoso. El día termina en la medina de Taroudannt, con un paseo a pie y en carruaje alrededor de las murallas de la medina al atardecer, antes de pasar la noche en la ciudad.
A primera hora de la mañana, tome la R109 en dirección a Igherm. Desde allí, adéntrate en las estribaciones del Anti-Atlas hacia Tata por el oasis de Tleta Tagmoute. Después de un paseo por el oasis siguiendo las Seguias, haga una visita al Agadir d’Ait Kine, un auténtico granero bellamente restaurado.
A continuación, tome la carretera montañosa de vuelta a Tata con una parada en las cuevas de Messalit, a unos 30 km antes de la ciudad. Tras un delicioso almuerzo tataoui, continúe hacia Akka y descubra sus curiosidades arquitectónicas: el minarete de Lalla Baytou Allah y el Agadir n’Owzrou. Se puede pasar la noche en un vivac en Akka, o volver a Tata para mayor comodidad.
El viaje continúa hacia el pueblo de Tissint, una curiosidad en sí mismo. Tierra de sal, la región alberga varios lugares para visitar: el pueblo auténtico, el palmeral salvaje, la Kasbah, antigua casa de Charles de Foucauld y las cascadas de sal de Attiq. A continuación, diríjase a Akka n’Ait Sidi y sus mesetas desérticas. Aquí, dé un paseo por el pequeño palmeral y luego por las zonas lunares de los alrededores. Pase la noche en un vivac en la meseta con vistas al palmeral, y disfrute de los amaneceres y atardeceres de indescriptible belleza.
El 4º día del roadtrip está dedicado a la exploración del Parque Nacional de Iriqui. Al pasar por Foum Zguid, parada obligatoria antes de iniciar el gran viaje, visite las tiendas de artesanía del pueblo y regálese un hermoso velo de Lagnaa o una alfombra de lana. Contrata un guía y un vehículo todoterreno, y comienza tu excursión marciana.
Tras atravesar un largo corredor entre las estribaciones del Jbel Bani, explorará una naturaleza salvaje y desértica, donde sólo las acacias y los tamariscos puntúan el paisaje verde amarillento. La zona alberga una fauna desértica rara y poco conocida y es una importante parada para las aves migratorias. El safari termina en un vivac, bajo uno de los cielos más estrellados de Marruecos.