En el corazón del valle del Souss, y al borde de las últimas estribaciones meridionales del Gran Atlas, Taroudannt es una de las ciudades más bellas del Reino. Protegida por majestuosas murallas, su antigua medina es un joyero de belleza y cultura, que ha conservado su auténtico encanto y sus tradiciones ancestrales. Encantadora y discreta, la medina también guarda el recuerdo de un pasado floreciente, y contiene una historia tan majestuosa como la muralla que la rodea.
Lejos de las rutas turísticas abarrotadas, seguirá un laberinto de callejuelas hacia un mundo lleno de colores y olores, donde las maravillas arquitectónicas y humanas conviven en armonía. Para disfrutar plenamente de la experiencia, he aquí 5 lugares que debe descubrir durante su visita.
Conocida como Al Masjid Al Aâdam, la Gran Mezquita está situada al este de la medina, y se considera una de las más importantes de Marruecos. Construida bajo el reinado del sultán Saâdien Mohamed Ech-cheik, la mezquita y su medersa ocupan hoy más de 3200 m² y pueden albergar hasta 4000 fieles. Verdadera joya arquitectónica, el edificio se distingue por su alto minarete y su mihrab decorado con letras cúficas. Además de ser un lugar de culto, Al Masjid Al Aâdam es también un faro de la educación religiosa, que sigue formando a imanes y toulbas.
Construida por Moulay Ismaïl, la fortaleza ocupa el noreste de la medina y se caracteriza por sus torres de vigilancia similares a las de la muralla. El edificio conserva las huellas de los diferentes estilos de remodelación que ha sufrido a lo largo de los siglos, dando testimonio de la profunda historia de la ciudad. Tiene vistas a Bab El Kasbah, la puerta más antigua de la medina, que ofrece una vista panorámica del edificio y de los jardines circundantes.
En el extremo occidental de la medina, cerca de Bab Targount, tendrá la oportunidad de descubrir una curtiduría tradicional, auténtica y todavía en actividad. Aprenderá los secretos de la elaboración del cuero según los procesos ancestrales, y tendrá la oportunidad de adquirir todo tipo de accesorios a precios bajos, en las tiendas anexas a los talleres.
Situado entre la plaza de Assarag y la plaza de Talmeklat, el mercado alberga infinidad de puestos y talleres que ofrecen auténtica artesanía de calidad: marroquinería, joyería y platería, tapicería, cerámica… etc. Bañado por una atmósfera serena, paseará por sus calles cubiertas ante escaparates bien surtidos y seguramente caerá bajo el hechizo de varias obras de arte.
Más animado que el anterior, el zoco tradicional alberga una serie de tiendas y boutiques con productos variados. Hay productos de uso cotidiano, ropa, bazares, farmacias, tiendas de comestibles e incluso peluquerías. Entre los coloridos puestos, el ambiente es bullicioso y las callejuelas cobran vida como colmenas. Una experiencia única, en plena inmersión en el Marruecos tradicional.
El origen del nombre Taroudannt sigue siendo enigmático hasta hoy. Algunos lo atribuyen a una princesa siria, la reina Roudana, que se instaló en la región, mientras que otros dicen que tiene una connotación amazigh. En tiempos de los romanos, la zona se llamaba Vala, y contenía un puesto avanzado del ejército romano.