En el país de los Achtouken, los Igoudar hablan de una historia ancestral y una cultura suntuosa. Tiendas, lugares de reunión e incluso refugios, estos altos lugares de convivencia han desempeñado durante mucho tiempo un papel esencial en el desarrollo de las tribus.
Muy cerca de la ciudad de Ait Baha, dos de estas maravillas arquitectónicas encarnan con orgullo este auténtico patrimonio: Imechguiguilne e Ikounka. De fácil acceso, los dos Igoudar sorprenden tanto por su envergadura como por los finos detalles estéticos que esconden.
A tan solo una hora en coche desde la ciudad de Agadir, disfrute de una escapada cultural hacia otro tiempo que se le ofrece, viviéndola plenamente en familia o con amigos.
Construido enteramente en piedra seca sobre una planta rectangular, este Agadir es uno de los graneros colectivos más antiguos de la región, y su construcción se remonta probablemente al siglo 17. Se caracteriza por un amplio pasillo, que lo separa en dos bloques de tres niveles. En él se encuentran más de 100 cabañas de almacenamiento, de las cuales las más altas son accesibles por piedras planas incrustadas en las paredes.
El grandioso edificio está rodeado por una gruesa muralla flanqueada por torres de vigilancia, y atravesada por una gran puerta magníficamente adornada. Además de las cabañas, la fortificación alberga un espacio dedicado a una herrería, una mezquita y un gran patio amurallado. A su alrededor, algunos pequeños colmenares tradicionales acentúan el esplendor del lugar.
El sitio fue sometido a una importante rehabilitación en 2018, aplicando las técnicas arquitectónicas originales. En compañía de la guardiana del lugar, puedes visitar de cerca una treintena de casillas, así como el patio y la mezquita. Una visita salpicada de intercambios y anécdotas palpitantes, que le harán descubrir muchas moralidades.
El sitio fue sometido a una importante rehabilitación en 2018, aplicando las técnicas arquitectónicas originales. En compañía de la guardiana del lugar, podrá visitar una treintena de cabañas, así como el patio y la mezquita. Una visita salpicada de intercambios y anécdotas emocionantes, que le harán descubrir muchas moralejas.
Guía y guardiana: Saadia Machaitou +212618438162
Un poco más al oeste, el pueblo de Ikounka alberga otro Agadir renovado e igualmente espléndido. Más pequeño que el de Imechguiguilne, Agadir Ikounka toma prestado el mismo estilo arquitectónico, así como las mismas técnicas de construcción.
No obstante, se distingue por sus torres independientes de la edificación principal, una de las cuales albergaba los aposentos de Al Amín, y la otra, Borj Tindaf, se utilizaba para la guardia nocturna. Agadir Ikounka también tiene la particularidad de estar construido en una llanura, a diferencia de la mayoría de sus homólogos construidos en la cima de colinas o sobre pedestales rocosos.
Durante su visita al Igoudar, el guía le hablará de la importancia de los gatos en la gestión del lugar. Más que una mascota, el gato era un ayudante de Al Amín, cuya función principal era proteger las cabañas de las temidas invasiones de ratones y bichos.
Pagado en especie, Al Amín recibió una parte extra por su acólito, llamado «El cucharón del gato».