Las Artes del rock de Souss Massa

Grabados en roca de Tata, Tata

El sur de la región de Souss Massa cuenta con varios yacimientos de grabados rupestres, que revelan la presencia humana en la región desde la noche de los tiempos. Los más importantes se concentran en la provincia de Tata, y más concretamente entre Jbel Bani y el Oued Drâa. En forma de figuras, dibujos e incluso símbolos, estas realizaciones artísticas prehistóricas hablan de la vida en la verde sabana que existía hace más de 6000 años.

Viajando por la región de Bani-Drâa, se embarcará en una aventura intemporal para descubrir restos místicos y sus historias del periodo neolítico de la región.

Un museo al aire libre

El viaje comienza en las cercanías de Akka, a 60 km de Tata. Desde el pueblo de Oum El Alek, se puede acceder fácilmente a una amplia zona desértica, que cuenta con un gran número de grabados que datan de la época de los cazadores. Caracterizados por sus finas líneas, estos dibujos representan bóvidos, elefantes, rinocerontes y avestruces. También hay figuras humanoides que portan arcos y flechas, representaciones tangibles de la actividad principal de las poblaciones: la caza.

El mismo estilo se encuentra en el yacimiento de Adrar Metgourine, de mucho más difícil acceso, situado al norte de Akka. Más numerosos que los anteriores, estos grabados se agrupan en una isla que sobresale de la llanura rocosa. Además de la fauna de la sabana, las losas contienen dibujos de espirales y ejes.

En los límites de Jbel Bani

Seguimos hacia Ait Ouabelli, un poco más al suroeste de Akka. El pueblo da acceso a un yacimiento de notable riqueza, el de Assif Tadakoust, donde se encuentran dispersas más de 200 losas grabadas, así como túmulos, curiosos monumentos funerarios preislámicos. Los dibujos, que datan del 5ème milenio antes de nuestra era, siguen representando la fauna de la sabana, pero también redes de pesca y varias formas geométricas. Desde Ait Ouabelli, también se pueden visitar los sitios de Bazt y Taheouast, situados en una vasta llanura árida.

Las losas se ocultan perfectamente en el entorno mineral y a menudo son difíciles de distinguir. Además, los lugares suelen estar fuera de la carretera y requieren un vehículo todoterreno para acceder a ellos. Para aprovechar al máximo la experiencia, utilice un guía profesional.

Siguiendo siempre la N12, la exploración continúa hacia el norte de Foum El Hisn y más concretamente en el valle de Tamanart. Un verdadero museo al aire libre, cuyas pinturas están grabadas en las paredes verticales que recorren el valle. Estos dibujos se remontan al periodo bovidiano y cuentan la historia de los pastores de Bani-Drâa.

 

La región cuenta con otros yacimientos, ciertamente menos ricos en grabados, pero igual de ricos en indicios. Mencionamos Tissint, Tamgdoulte, cerca de Ait Baha, y la mítica gacela de Tazekka, al pie de Tafraout.

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