En el corazón del valle del Souss, y al borde de las últimas estribaciones meridionales del Alto Atlas, Taroudannt es una de las ciudades más bellas del Reino. La pequeña Marrakech, una atracción imprescindible por derecho propio, está rodeada de paisajes impresionantes y dispares. Pase dos días descubriendo esta región única.
Atravesando los primeros relieves del Anti-Atlas al este de Taroudannt, el camino le conducirá al pueblo de Larbaa Magnoune. Bájate del vehículo, equípate y ponte en marcha hacia la fortaleza de Iguiliz. El yacimiento, que data de la Edad Media, está situado a 1.354 m de altitud y ofrece una vista panorámica de los valles y relieves circundantes.
Después de explorar y sacar fotos, vuelva al pueblo de partida y camine por el oasis que se extiende hasta el pueblo de Tamgounsa. Bajo la sombra de las palmeras, atravesará campos de tomillo y lavanda, adornados con argán e higueras. Es un lugar idílico para reconectar con la naturaleza y hacer un buen picnic a la sombra de las palmeras.
De vuelta a Taroudannt, termine el día con un paseo en coche de caballos por las murallas de la medina.
A primera hora de la mañana, tras un abundante desayuno tradicional, nos dirigimos al Oasis de Tioute. Situado en un entorno árido, el oasis es un suntuoso laberinto de vegetación compuesto por campos de cereales, árboles frutales y palmeras silvestres.
Dé un paseo a pie o en mula por los canales de riego hasta el corazón de los jardines. A continuación, diríjase a la Kasbah que domina el oasis y que alberga un restaurante tradicional. El lugar perfecto para disfrutar de las deliciosas especialidades locales, mientras se admira la impresionante vista del oasis y las onduladas colinas que rodean el valle.
Por la tarde, visite el famoso museo de Claudio Bravo, el famoso pintor chileno. A los pies del Alto Atlas, a 8 km de Taroudannt, el museo le lleva a un viaje cultural entre el hiperrealismo y la tradición.