Icht: El pueblo subterráneo

Icht: El pueblo subterráneo


Discretamente enclavado al pie de Jbel Beni, el oasis de Icht está considerado como uno de los más bellos de la provincia de Tata. Un entorno sorprendentemente verde, ya que el oasis de Icht está rodeado de un entorno austero y árido. Aquí, las últimas estribaciones del Anti-Atlas se vuelven cada vez más arenosas, marcando el inicio del Sahara. El lugar, mantenido en secreto durante mucho tiempo, alberga una curiosidad arquitectónica sin precedentes: ¡un pueblo subterráneo!

Una mezcla perfecta para una excursión completa: verdor, exotismo, cultura y paisajes impresionantes. Una experiencia increíble le espera a usted y a sus hijos.

3 plantas subterráneas


Visto desde lejos, Icht parece ser un pueblo normal y corriente de la región. Sin embargo, su Kasbah es única en su género, ya que discurre a metros bajo tierra. Desde unas pequeñas puertas a ras de suelo, se llega a un laberinto de callejones subterráneos que comunican las diferentes casas. Cada casa, que a veces alcanza los tres pisos, está atravesada por un amplio tragaluz que ilumina y ventila las habitaciones excavadas en la tierra. La Kasbah también cuenta con una mezquita y varias salas comunes.

Es necesario recurrir a un guía local para visitar los subterráneos. Los edificios son de propiedad privada, y algunos todavía se utilizan.

Una proeza arquitectónica inigualable, que responde a una necesidad vital: escapar del calor. Recuerde que estamos a las puertas del Sáhara y de espaldas al Anti-Atlas, y que las temperaturas pueden alcanzar hasta los 50° en verano.

¡Exploradores! ¡Enciendan sus antorchas y sigan a la guía! ¡Otro mundo les espera!

Caminatas excepcionales


En Icht, todos los caminos llevan a la aventura. Bajo las palmeras, pasee serenamente por los jardines del oasis, siguiendo las saguias entrelazadas. A continuación, parta para descubrir un entorno similar al marciano, donde las mesetas de la sabana y los estratos se suceden, salpicados de dunas doradas. Una naturaleza severa y sublime a la vez, propicia para realizar hermosos encuentros: elegantes gacelas, tímidos linces, jabalíes, orgullosas águilas, zorros, liebres…

La región también cuenta con varios yacimientos de grabados rupestres, verdaderos vestigios prehistóricos de la región de Bani-Drâa.

Desde lo alto de los escarpes rocosos, tendrá el privilegio de contemplar paisajes sublimes que combinan sutilmente el ocre, el azul, el gris y el dorado. ¡Fotógrafos, a sus fotos!

¿Lo sabías?


Al rodear el macizo que domina Icht, a más de 50 km al este, se encuentra Tadakoust, un pequeño oasis al pie de una curiosa pirámide. Se trata de una formación rocosa en cascada, salpicada de construcciones de piedra, y su cima alberga una fortificación ancestral. Otro ejemplo del ingenio de los constructores de la región.

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