Con vistas a Agadir y a pocos minutos del centro de la ciudad, la Kasbah Agadir Oufella, literalmente el ático desde arriba, es uno de los puntos de referencia de la ciudad y ofrece una impresionante vista de la sublime bahía de Agadir y su interior. Desde aquí se puede admirar la ciudad extendiéndose hasta el horizonte, así como presenciar mágicas puestas de sol llenas de color. Testigos de un acontecimiento devastador, los vestigios de la Kasbah contienen también la historia de una ciudadela con un pasado glorioso.
En familia o con amigos, descubra estos lugares idílicos y vea Agadir desde un ángulo diferente.
La kasbah está situada en la entrada norte de Agadir, encaramada en la cima de la colina cuya ladera sur lleva la famosa inscripción: Dios, la Patria, el Rey. Representa una parte de la ciudad antigua, arrasada por el terremoto de 1960. Desde una auténtica puerta de entrada, se cruzan las murallas restauradas hacia las ruinas de una medina que data del siglo 16 . ème
En el pasado, era una dinámica ciudadela formada por casas comunicadas por estrechos callejones, plazas de mercado, una gran mezquita, un hospital, un edificio de majzén y un mellah.
La visita tiene lugar en la ladera de la colina, con una vista impresionante de la Marina, el puerto, el Atlántico y la espléndida bahía de la ciudad. Se puede acceder al lugar en un autobús cada 20 minutos desde el pie de la colina, o a pie a través de una pista específica.
La Kasbah está siendo objeto de un importante proyecto de rehabilitación con técnicas modernas propias de la arqueología de edificios patrimoniales, para convertirse en una de las principales atracciones de la ciudad.
Durante siglos, Agadir Oufella fue una encrucijada estratégica para las rutas comerciales continentales desde el Sáhara y para los enlaces marítimos con Europa, Asia y América. La ciudadela acogía a comerciantes de todas las nacionalidades: franceses, ingleses, daneses, portugueses, españoles y holandeses. Se pueden encontrar vestigios de esta última en la puerta de la kasbah que aún se conserva y que lleva la inscripción «Teme a Dios y respeta al Rey», grabada en árabe y neerlandés.
Para llegar, puede tomar el teleférico de Agadir. En este caso, podrá disfrutar de una magnífica vista en el trayecto de 1,7 km y un tiempo estimado de llegada de sólo 6 minutos.